Actualmente, con mucha frecuencia se plantea en el ámbito informativo el tema de la maternidad, se discute su importancia y significado, mientras que el nacimiento de un hijo se describe como el acontecimiento más feliz en la vida de una familia.
Sin embargo, también sucede que en lugar de la alegría de conocer a un bebé, la mujer se enfrenta a experiencias desagradables. ¿Por qué sucede esto y cuándo debería hacer sonar la alarma?
La tristeza posparto y la depresión posparto son dos de las afecciones más comunes que pueden ocurrir en las mujeres durante el período posparto. La principal diferencia entre ellos es la gravedad y la duración de los síntomas.
¿Qué es la tristeza posparto?
Hasta el 80% de las mujeres que acaban de dar a luz experimentan esta afección. Las quejas se relacionan principalmente con cambios de humor, llanto, irritabilidad, ansiedad por el desempeño de sus funciones y alteraciones del sueño. Esta afección no es peligrosa y desaparece por sí sola entre 10 y 12 días después del nacimiento sin ningún tratamiento.
Sin embargo, si han pasado más de dos semanas después del parto y su salud no mejora o incluso empeora, este es un motivo para sospechar de un trastorno depresivo.
Aunque la mayoría de la depresión posparto se desarrolla en las primeras semanas después del parto, algunas mujeres pueden experimentar síntomas más tarde, varios meses o incluso un año después del parto. Esto significa que la joven madre necesita atención, cuidados y la oportunidad de descansar durante todo el período.
Depresión posparto: factores de riesgo
Los investigadores suelen incluir los siguientes factores de riesgo para el desarrollo de la depresión posparto:
- diagnóstico psiquiátrico previo
- acontecimientos estresantes pronunciados en la vida (conflictos familiares, situaciones de violencia, dificultades económicas, emigración, etc.)
- falta de apoyo de la pareja o familiares
- Problemas con la lactancia
- actitud controvertida hacia el embarazo
- sueño insuficiente
- depresión y ansiedad durante el embarazo
- no aceptación del género del niño
- baja autoestima de la madre
- embarazo complicado
- cesárea de emergencia
- parto prematuro
- Existe una amenaza a la vida del niño
- joven edad de la madre
- diabetes mellitus gestacional
- fumar durante el embarazo.
Es importante señalar que la identificación de uno u otro factor no significa que después del parto el estado psicoemocional será necesariamente severo, pero aumenta significativamente la probabilidad de que se produzca un trastorno. Por ello, las mujeres con las características descritas anteriormente deben estar especialmente atentas a su bienestar y estar en el campo de visión de los especialistas.
Los síntomas de la depresión posparto pueden variar en intensidad y manifestarse de manera diferente entre las mujeres. Algunos de los síntomas más comunes a los que hay que prestar atención incluyen: depresión, cambios de humor, llanto, problemas de sueño y apetito, irritabilidad, miedo a hacerle daño al bebé, ansiedad severa o falta de interés en el bebé, culpa y, en casos graves, desesperanza. , desesperación y pensamientos suicidas.
Es importante señalar que hasta 3/4 de los casos de depresión posparto cursan con ansiedad y síntomas depresivos. Varias mujeres experimentan un episodio depresivo seguido de manía (trastorno afectivo bipolar).
Las manifestaciones descritas de depresión posparto afectan gravemente la capacidad de la mujer para cuidar de sí misma y de su hijo. También pueden afectar negativamente sus relaciones con su pareja y otros miembros de la familia.
Es mejor consultar a un médico
Si se detectan estos síntomas, es importante consultar a un psiquiatra. El tratamiento para la depresión posparto generalmente incluye apoyo con medicamentos y psicoterapia. Es importante comprender que automedicarse o intentar controlar esta afección por su cuenta puede no ser seguro ni eficaz.
No es una pena
Como vemos, la depresión posparto empeora significativamente la calidad de vida de las madres, sin embargo, muchas mujeres no comparten sus experiencias ni siquiera con familiares y no buscan ayuda. A menudo, las mujeres se avergüenzan de hablar de sus problemas después del parto por miedo a ser juzgadas. El tema de los trastornos mentales asociados con la maternidad es extremadamente tabú en nuestra sociedad.
Según muchos, una buena madre nunca se cansa de su hijo, no puede evitar tener sentimientos cálidos por él, soporta con firmeza todas las preocupaciones y dificultades, correspondientes a los ideales más elevados. Como resultado, las mujeres experimentan una enorme presión y, para muchas, admitir sus dificultades equivale a admitir su propio fracaso como madres. Pero es importante comprender que la depresión posparto es un diagnóstico médico y no una manifestación de “debilidad” o “pereza”. No tratar este trastorno con prontitud puede tener consecuencias graves para la madre y el niño, incluida la mortalidad materna y/o infantil.