Las emociones juegan un papel importante en la vida de cada persona. Nos ayudan a comprendernos a nosotros mismos y a los demás, tomar decisiones e interactuar con el mundo. Pero, ¿de dónde vienen nuestras emociones y por qué son necesarias? Vamos a resolverlo.
Fuentes de emociones
Las emociones surgen en el cerebro bajo la influencia de estímulos externos e internos. Los estímulos externos son lo que vemos, oímos, tocamos. Por ejemplo, el miedo surge al ver un peligro, mientras que el placer surge de la comida deliciosa. Los estímulos internos provienen de nuestro cuerpo. Dolor, hambre, fatiga: todo esto provoca las correspondientes reacciones emocionales.
Además, las emociones están influenciadas por nuestros pensamientos, recuerdos e imaginación. Podemos enojarnos al recordar un evento triste o enojarnos al pensar en algo desagradable. Por tanto, las fuentes de las emociones son tanto los estímulos externos como nuestro mundo interior.
Estructuras cerebrales responsables de las emociones
La corteza cerebral analiza la situación y da un color emocional a las sensaciones e imágenes que surgen. Por ejemplo, vemos una serpiente y nos asustamos no sólo por reflejo, sino porque somos conscientes del peligro. Sin la participación de la corteza, el miedo sería mucho más débil.
El diencéfalo también participa en la regulación de las emociones. Parece equilibrar y suavizar los arrebatos emocionales, evitando que los sentimientos se salgan de control.
Así, toda una red de estructuras cerebrales es responsable del surgimiento y curso de las emociones.
Funciones de las emociones
¿Por qué son necesarias las emociones? ¿Qué papel juegan en nuestras vidas?
- Las emociones son necesarias para la supervivencia. El miedo, la ira y el disgusto te permiten evitar el peligro. La alegría y el placer señalan el beneficio y la conveniencia de determinadas acciones. Sin emociones, simplemente no podríamos responder adecuadamente al entorno.
- Las emociones intervienen en la toma de decisiones. Ayudan a determinar qué es importante para nosotros y qué no. Elegimos el trabajo y aquellas personas que evocan emociones positivas. Y tratamos de mantenernos alejados de cualquier cosa que cause daño.
- Las emociones son necesarias para la comunicación y el entendimiento mutuo. Por expresiones faciales, gestos y entonación determinamos el estado emocional del interlocutor. Y nosotros mismos compartimos nuestros sentimientos, lo que nos permite establecer contactos con otras personas.
- Las emociones influyen en la salud física. Las emociones positivas mejoran el bienestar, mientras que las negativas con el tiempo pueden provocar estrés y el desarrollo de enfermedades psicosomáticas.
La influencia de las emociones en el comportamiento
Como ya se ha señalado, las emociones tienen una influencia significativa en nuestro comportamiento. Veamos algunos ejemplos de dicha influencia con más detalle.
Las emociones positivas, como la alegría, el amor, la inspiración, liberan a la persona. En este estado, sentimos una oleada de fuerza y energía, comenzamos a actuar e implementar activamente nuestros planes. La creatividad y la productividad aumentan significativamente.
Las emociones negativas, por el contrario, te obligan a limitar la actividad. La ira, la tristeza y el miedo indican peligro y la necesidad de un cambio urgente. Y o nos lanzamos a la batalla, o nos congelamos, como un conejo frente a una boa constrictor, o nos desanimamos. En cualquier caso, se suspenden las actividades normales.
Las emociones fuertes perjudican las capacidades cognitivas: atención, memoria, pensamiento. En tal estado, es difícil concentrarse, razonar lógicamente y tomar decisiones informadas. Esto significa que aumenta la probabilidad de cometer errores y comportamientos improductivos.
Y finalmente, las emociones son «contagiosas». Parece que nos “adaptamos” al estado emocional de quienes nos rodean. La alegría, la inspiración y el miedo pueden literalmente “atraparse” de la multitud. Esto explica fenómenos tan interesantes como el pánico masivo o la demanda acelerada.
La influencia de la cultura en las emociones
Las emociones no son sólo fisiología y psicología. También están influenciados por la cultura de la sociedad. Veamos algunos ejemplos de tal influencia.
- En primer lugar, diferentes culturas tienen diferentes actitudes hacia la manifestación de ciertos sentimientos. En algunos lugares se fomenta la expresión abierta de las emociones, pero en otros, por el contrario, se considera indecente. Por ejemplo, la cultura rusa es más tolerante con las manifestaciones públicas de ira que la cultura inglesa.
- En segundo lugar, las emociones de diferentes pueblos pueden tener su propio color específico. Así, en Japón existe un sentimiento especial de tristeza y alegría ambivalente “mono no consciente”, que no tiene análogos en Occidente.
- En tercer lugar, existen diferencias culturales en la forma en que hombres y mujeres expresan sus emociones. Por ejemplo, en las sociedades tradicionales a menudo se espera que los hombres sean reservados, mientras que a menudo se espera que las mujeres sean emocionales y vulnerables.
- En cuarto lugar, la cultura influye en cómo interpretamos nuestros sentimientos y qué conclusiones sacamos de ellos. Las emociones son subjetivas y tienen múltiples valores, y la cultura establece el marco semántico para comprenderlas.
El papel de las emociones en el arte
Las emociones juegan un papel muy importante en el arte, ya sea en la literatura, la música, el teatro o la pintura. Y la cuestión no es sólo que las obras de arte evoquen en nosotros ciertos sentimientos. Las emociones mismas a menudo se convierten en tema de representación y experiencia artística.
El arte permite al artista expresar y encarnar sus propias emociones en su obra y compartirlas con los demás. El proceso creativo en sí tiene una naturaleza emocional profundamente personal.
Las obras de arte evocan una respuesta en el espectador, lector y oyente: empatía, sentimiento por las emociones representadas. Cuanto más hábilmente un artista nos “contagia” de sentimientos, mayor será el valor de su creación.
El arte nos ayuda a comprender e interpretar mejor nuestras propias emociones. Proporciona modelos culturales para comprender el complejo mundo de los sentimientos y amplía nuestra paleta emocional.
Gestionar las emociones
Hemos descubierto que las emociones tienen un enorme impacto en muchas áreas de nuestras vidas. A veces incluso excesivo o poco constructivo. Por lo tanto, es importante poder controlar sus sentimientos: suavizar los negativos y mejorar los positivos.
Consideremos las principales formas de autorregulación emocional:
- Conciencia de tus emociones. Es importante aprender a notar y distinguir sus propios sentimientos. Si no entendemos qué estamos experimentando exactamente, no podremos elegir una respuesta adecuada.
- Verbalización de experiencias. Describir las emociones con palabras le ayuda a comprenderlas y aceptarlas mejor. Incluso llevar un diario puede resultar útil.
- Cambiar el foco de atención. Cambiar a otros pensamientos y actividades le permite distraerse de emociones demasiado dolorosas.
- Técnicas de relajación. Relajar el cuerpo a menudo conduce a “dejar ir” las emociones negativas y lograr el equilibrio mental.
- Actividad creativa. La música favorita, el dibujo y el baile son una excelente manera de expresar tus sentimientos de una forma socialmente aceptable.
Utilizando estos métodos podrás aprender a controlar tu estado emocional. Y esto te ayudará a estar más tranquilo y feliz.